"Cascadas de Ouzoud"
Fotógrafo: Iván Ramos Muñoz
España
La vida es un libro abierto y no hay nadie que nos enseñe a leerlo. Debemos aprender nosotros mismos a través de nuestras experiencias aunque, a veces, algunas lecciones sean tan difíciles de asimilar. Esta semana, aquí, el río ha crecido y las cascadas se desbordan. Mi misión es cruzar a gente de una orilla a la otra. Cosa que agradezco porque, para aprender, no hay mejores lecciones que la que te da la gente que no conoces de nada.
Esta semana he aprendido que hay un señor que lleva dos años proponiendo construir un dique diez kilómetros más arriba y que nadie le hace caso. Para aprender, no hay mejor sistema que escuchar a la gente sabia. Esta calamidad se podría haber evitado y nadie lo hizo. También he aprendido de las conversaciones en las que se postula a favor o en contra del rey. Aprendí a conocer a la gente a través de la forma en la que habla y aprendí que la realidad es subjetiva y que dos personas pueden discutir sobre una cosa con versiones opuestas y tener los dos la razón. Eso, sí, cada uno su razón.
Transportando gente he aprendido que la sabiduría está siempre supeditada a la persona que la ejerce. Que la verdad depende del individuo que la profesa y que, por ello, no debemos imponer nuestra realidad a la de los demás. La mía es mía pero puede ser tan válida como la tuya. He escuchado a gente decir que se vive mejor en la orilla derecha y otras decir que mejor en la izquierda, algunos me dan propina por el servicio y otros me regatean el precio. He aprendido que para tratar bien a la gente hay que escucharla primero.
Pero en esta semana de desgracias y riadas, si he aprendido algo es que el agua baja mansa hasta que el cauce la convierte en cascada y que es de sabios saber escuchar para analizar y mantener la boca cerrada cuando no se tiene nada que aportar a la conversación.
TEXTO: Luis Alberto Serrano
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Nombre: IVÁN RAMOS MUÑOZ
Residencia: Arroyo de la Encomienda (Valladolid) - ESPAÑA
Biografía:
De profesión ingeniero informático, es un apasionado de la fotografía. Sus primeros contactos con la fotografía fueron con una cámara de carrete de su padre y un libro de fotografía que él tenía por casa; entonces tenía 16 años. Después de todo este tiempo ha pasado por los procesos de revelado en laboratorio y la ampliadora, hasta el cambio a digital.
Actualmente le gusta aprender de los maestros pintores que tanto nos tienen que enseñar en temas de composición.