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"En la era del igualismo"

Fotógrafa: Karen Padilla

Ecuador/Venezuela

          Que los hombres y las mujeres somos diferentes, es un hecho innegable. No solo por la contextura corporal, que de por sí nos hace distintos, sino también por otras cualidades, en el caso de los hombres asociadas a su virilidad, como la fuerza, la energía, su tono de voz, entre otras. Sin embargo, a través del tiempo, la humanidad ha aceptado que esa fuerza innata en el varón es fuente de poder u autoridad.

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            En las primeras civilizaciones, sobrevivían los más fuertes, ante algunos factores importantes como lo eran las adversidades del clima y los animales salvajes, por ejemplo, que debían cazar para alimentarse o vestirse, por nombrar solo dos de ellos, siendo los hombres los que se dedicaban a esas tareas, las cuales requerían de la aplicación de fuerza y hasta de gran valentía. Quedando la mujer en un segundo plano “amparada” por el hombre, ante su fragilidad en la realización de tales faenas.     

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            Pero esos tiempos ya pasaron. Hoy, para desarrollarse, no tenemos los mismos peligros de antaño. No hay riesgos a la integridad de la persona que tengan que ser anulados por medio de la fuerza física. Los elementos (el viento, el agua, el fuego) y los ataques animales, están controlados. Hoy, se podría decir que podemos sobrevivir en un entorno agradable, sin tener que emplear la fuerza física.

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            Es por esto, que no está justificado, que en la actualidad las mujeres deban estar sometidas a la protección de nada, ni de nadie. Para caminar por la vida, la mejor arma es la inteligencia. Y eso, iguala, de plano, la capacidad para defenderse de ambos sexos. Ya nadie debe depender de nadie. Algunos podrán decir, que las diferencias físicas siguen existiendo. Es por esto que, si los hombres y las mujeres tenemos que convivir, seamos conscientes de nuestras diferencias y capacidades, que nos permitirá ser un complemento para el otro, que redundará en el crecimiento de ambos como personas.

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            Todos con los mismos derechos y los mismos deberes. Este “igualismo” nos tiene que otorgar equivalencia de oportunidades para que, de una vez por todas, sepamos que en la época que nos toca vivir, aunque distintos y frente a frente calzados a la medida de cada uno, somos más iguales de lo que parecemos.

TEXTO: ©Luis Alberto Serrano

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Nombre: Karen Padilla

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Localidad: Quito (Ecuador)

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Biografía:

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​          Es nacida hace 44 años en  Caracas, Venezuela, socióloga de profesión, fotógrafa por vocación, en las áreas: documental, de conciertos,  productos y sociales. Escribe poesía, ama la música, a su familia, y a la humanidad.

          En épocas de cambios y migraciones, escogió Quito para empezar de cero dejando familia y amigos. Pero ni tanto, ya que con la experiencia de los años, esperamos salir adelante, mirando desde muchas perspectivas, como va girando el mundo, para no sucumbir a él. Ansía poder crecer conjuntamente con su niña de 8 años y, después de año y medio, reencontrarse en familia.  

       

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