¿Cuántos cabos o cuerdas necesitamos en la vida? Pues, casi que todos los días requerimos la ayuda de alguien para hacer todas nuestras tareas. Algunas veces son tan pequeñas los favores que no nos damos cuenta ni de que existen. Pero, a cada momento, necesitamos de alguien que nos apoye en encontrar la mejor de las decisiones o, directamente, nos solucionen las cuestiones cotidianas.

 

            Por eso, podemos hablar de las densidades de esas cuerdas. Van, desde el más grueso que nos salvaría la vida en un momento dado, al más finito que nos solucionaría una nimiedad. Reflexiono en mi día a día. ¿Quién me ha lanzado cabos hoy? El primero, por la mañana que, si mi madre no hubiera estado pendiente para despertarme a tiempo, hubiera llegado tarde al trabajo. Cuerda grande. Presuroso llegué y agradecí a mi compañera que preparó la cafetera antes de empezar con las labores. Cuerda finísima. Y así… todas las sogas que se les ocurran hasta que llega la noche.

 

            También las podemos clasificar por categorías. Quiero destacar una: los cabos emocionales. Son los que nos lanzan algunos amigos cuando ven que estamos navegando por aguar turbulentas. Con frecuencia nos empezamos a ahogar en un pantano del que no sabemos por donde salir. Que bueno es estar rodeado de personas que siempre vigilan por tu bienestar. Siempre con una liana en sus manos para poder lanzártela en el momento preciso para que no te hundas.

 

            Pero claro, para estar bien envuelto, tú también tienes que tener tus cuerdas preparadas para arrojarle a las personas que veas que están inundando sus vidas. Si no, sería muy egoísta por tú parte y, te advierto, que corres el riesgo de que el día que necesites que alguien te saque del fango, no haya nadie con el cabo preparado para lanzártelo.

 

 

 

           

            How many ropes or strings do we need in life? Well, almost every day we need someone's help to do all our homework. Sometimes the favors are so small that we don't notice that they exist. But, at all times, we need someone to support us in finding the best of decisions or, directly, solve everyday issues.

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            Therefore, we can talk about the densities of these strings. They go, from the thickest that would save our lives at any given time, to the finest that would solve a trifle. I reflect on my day to day. Who threw me ends today? First, in the morning that, if my mother hadn’t been awake to wake me up in time, I would have been late for work. Large rope. I arrived quickly and thanked my colleague who prepared the coffee maker before starting the work. Very thin rope. And so ... all the wires that occur to you until night comes.

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            We can also classify them by categories. I want to highlight one: the emotional strings. They are the ones who throw us some friends when they see that we are sailing through turbulent waters. We often begin to drown in a swamp we don't know where to go from. It's good to be surrounded by people who always watch over your well-being. Always with a liana in his hands to be able to throw it at the right time so you don't sink.

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            But of course, to be well wrapped, you also have to have your ropes ready to throw at people you see that they are flooding their lives. If not, it would be very selfish of you and, I warn you, that you run the risk that the day you need someone to take you out of the mud, there is no one with the string ready to throw it at you.