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JOHN Q (Estados Unidos 2002)

​

DESPIADADA CRÍTICA SOCIAL... A LA INSEGURIDAD SOCIAL

 

     A mi hay un dato que ya me parece significativo para ensalzar esta película: no te aburre aun estando rodada en prácticamente una localización. Cuando una relato no necesita más que un sitio donde transcurra la acción y unos actores para desarrollarla puedes ocurrir dos cosas: que te aburra la historia o que te enganche. Y esta es de las que enganchan. Yo lo hice muy pronto y mis primeras lágrimas fueron prácticamente al inicio y no pararon hasta el final con una cadencia muy fluida y sostenida a lo lago de la misma.

 

     Aunque he de reconocer que a veces busca la lágrima fácil con escenas sensibles, no es una tónica a lo largo de esta enternecedora historia de un padre capaz de secuestrar un hospital para salvar a su hijo de una muerte segura si no se le opera el corazón. Esta sinopsis, es verdad, es típica de un serial lacrimógeno al uso, pero creo que la forma en que esta historia es contada e interpretada le da un tono mágico que la saca de ese estereotipo para otorgarle un tinte de melodrama no demasiado vulgar

 

     Nick Cassavetes, un actor metido a director firma su cuarto proyecto reuniendo a un elenco de actores que sería la envidia de cualquier director mucho más reputado. También hay que decir que la película está muy valorada por las interpretaciones magistrales de todo su reparto. El oscarizado por “Training day” Denzel Washington le da un dramatismo a este papel digno de ese Oscar que consiguió tan merecidamente.

 

     Arropado por un Robert Duvall haciendo siempre de si mismo pero con ese cariño que suele imprimirle a sus personajes, y de actores de la talla de Ray Liotta, Anne Heche y un soberbio James Woods, Denzell hace uno de sus papeles más valorables (y mira que ha hecho cosas buenas).

 

     La historia ya es conmovedora de por si y, aunque aquí en España el papel de la Seguridad Social  es muy distinto del que se emplea en los Estados Unidos, sirve para criticar una parte del sistema social del país americano. En este caso es una familia negra, pero a la que no se hace referencia de raza en ningún momento de la película sino sólo a su condicón social.

 

     Esta apuesta de James Kearns, coproductor de la cinta, le ha salido ácida por naturaleza pero con un tono de comercialidad que la hace muy asequible al público en general que va a empezar a valorarla. Hay que decir que este es su primer guión para cine y yo como guionista espero que no sea el último y quedo expectante a ver cuales son sus siguientes trabajos.

 

 

Valoración: BUENA

 

 

Fotograma

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